Artículo: ¿Qué hace un mercadólogo?
Publicado Originalmente en Periodico Imagen de Veracruz el 26 de Julio del 2011
con el título:
Así como un actor de cine se debe a sus seguidores, los mercadólogos a los consumidores de productos. El conocimiento tanto de los clientes como del contexto de un país, son invariablemente las armas definitivas para adecuarse a los cambios económicos y socioculturales que se puedan llegar a presentar.
Entiendo a los mercadólogos como encargados de crear puentes mutuos de comunicación entre los consumidores y los productores de bienes o servicios, ya que debido a la feroz competencia que existe se hace cada vez más difícil crear relaciones significativas y perdurables con el consumidor para garantizar su compra, excediendo sus expectativas para así llevarlo a un estado de satisfacción y posterior fidelidad.
¿Por qué existe en nuestro días la imperiosa necesidad de conocer a los consumidores de una manera más cercana y efectiva? Considero que es debido a que ellos tienen ahora más que nunca una posibilidad casi infinita de elección, tanto de productos como de marcas. Todos compiten por tener una reputación positiva y ser la primera opción de compra en la mente del consumidor. Por ello la investigación de mercados actual se encarga de recabar información para que, entre otras cosas, se obtengan ideas para crear nuevos productos en base a las necesidades manifestadas por los consumidores, para promover nuevas versiones de productos existentes, y de igual manera para ayudar a determinar si es el momento oportuno para que una compañía empiece a comercializar sus productos en un nuevo país.
De tal suerte, los mercadólogos tienen que ser tanto investigadores como expertos en estadística y psicólogos, para descifrar y desenredar la mente de los clientes potenciales para así atraerlos y convencerlos (sin que ellos se den cuanta claro está) de que su marca, producto o servicio es el mejor. No existen misterios sino una gran carga de sentido común y principalmente, humano. Por ello, el mercadólogo debe reconocerse así mismo como un investigador social con fines mercantilistas, siendo su fin último saber los “porqués y los cómos” de las ventas de productos.
El análisis se puede dar desde medios de escritorio, control de inventarios y demás, pero en realidad la parte más gratificante y estimulante es la que involucra directamente al investigador con el consumidor. Esta investigación de campo, algunas veces costosa, otras no tanto, es la que también requiere de una mayor capacidad de abstracción ya que implica el convertir opiniones en números, indicadores de satisfacción y su posterior resumen.
Siendo la investigación cualitativa aquella necesaria para entender las razones psicológicas que conllevan a preferir un producto u otro. Este tipo de investigación es el complemento ideal para aquella que sólo tiene que ver con frecuencia y volúmenes de compra, que es la cuantitativa. Ambas buscan comprender ese cambiante, y muchas veces contradictorio, sujeto de estudio que es el consumidor del siglo XXI, quien no solamente exige calidad de primer nivel, sino que siempre busca un “plus”, una atención, un acercamiento, algo que lo haga sentirse necesario en la vida de las marcas, tal y como ellas son vitales en su vida.
A diferencia del publicista, quien en varias ocasiones alcanza un status de “súper estrella” y se le invita a dar conferencias o se le piden entrevistas, el mercadólogo no siempre está bajo los reflectores, voluntaria o involuntariamente. “Simplemente” que se encarga de realizar su tarea de una manera ordenada y sistematizada, para darle utilidad práctica a las diversas opiniones o volúmenes de información numérica. Todo esto ha llevado a preguntar ¿quién es ese desconocido llamado Mercadólogo?
con el título:
"Ese desconocido llamado Mercadólogo"
L.C.C. Miguel Eugenio Mora Pérez
Así como un actor de cine se debe a sus seguidores, los mercadólogos a los consumidores de productos. El conocimiento tanto de los clientes como del contexto de un país, son invariablemente las armas definitivas para adecuarse a los cambios económicos y socioculturales que se puedan llegar a presentar.
Entiendo a los mercadólogos como encargados de crear puentes mutuos de comunicación entre los consumidores y los productores de bienes o servicios, ya que debido a la feroz competencia que existe se hace cada vez más difícil crear relaciones significativas y perdurables con el consumidor para garantizar su compra, excediendo sus expectativas para así llevarlo a un estado de satisfacción y posterior fidelidad.
¿Por qué existe en nuestro días la imperiosa necesidad de conocer a los consumidores de una manera más cercana y efectiva? Considero que es debido a que ellos tienen ahora más que nunca una posibilidad casi infinita de elección, tanto de productos como de marcas. Todos compiten por tener una reputación positiva y ser la primera opción de compra en la mente del consumidor. Por ello la investigación de mercados actual se encarga de recabar información para que, entre otras cosas, se obtengan ideas para crear nuevos productos en base a las necesidades manifestadas por los consumidores, para promover nuevas versiones de productos existentes, y de igual manera para ayudar a determinar si es el momento oportuno para que una compañía empiece a comercializar sus productos en un nuevo país.
De tal suerte, los mercadólogos tienen que ser tanto investigadores como expertos en estadística y psicólogos, para descifrar y desenredar la mente de los clientes potenciales para así atraerlos y convencerlos (sin que ellos se den cuanta claro está) de que su marca, producto o servicio es el mejor. No existen misterios sino una gran carga de sentido común y principalmente, humano. Por ello, el mercadólogo debe reconocerse así mismo como un investigador social con fines mercantilistas, siendo su fin último saber los “porqués y los cómos” de las ventas de productos.
El análisis se puede dar desde medios de escritorio, control de inventarios y demás, pero en realidad la parte más gratificante y estimulante es la que involucra directamente al investigador con el consumidor. Esta investigación de campo, algunas veces costosa, otras no tanto, es la que también requiere de una mayor capacidad de abstracción ya que implica el convertir opiniones en números, indicadores de satisfacción y su posterior resumen.
Siendo la investigación cualitativa aquella necesaria para entender las razones psicológicas que conllevan a preferir un producto u otro. Este tipo de investigación es el complemento ideal para aquella que sólo tiene que ver con frecuencia y volúmenes de compra, que es la cuantitativa. Ambas buscan comprender ese cambiante, y muchas veces contradictorio, sujeto de estudio que es el consumidor del siglo XXI, quien no solamente exige calidad de primer nivel, sino que siempre busca un “plus”, una atención, un acercamiento, algo que lo haga sentirse necesario en la vida de las marcas, tal y como ellas son vitales en su vida.
A diferencia del publicista, quien en varias ocasiones alcanza un status de “súper estrella” y se le invita a dar conferencias o se le piden entrevistas, el mercadólogo no siempre está bajo los reflectores, voluntaria o involuntariamente. “Simplemente” que se encarga de realizar su tarea de una manera ordenada y sistematizada, para darle utilidad práctica a las diversas opiniones o volúmenes de información numérica. Todo esto ha llevado a preguntar ¿quién es ese desconocido llamado Mercadólogo?

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