Artículo: Algo de la vida y obra de Isaac Asimov

Publicado originalmente en el periódico Imagen de Veracruz el 13de Febrero de 2012
con el título:


Algo de la vida y obra de Isaac Asimov
L.C.C. Miguel Eugenio Mora Pérez, M.M.P


Este escritor de ciencia ficción y bioquímico estaba convencido de que “la suerte favorece sólo a la mente preparada”. Y es que para el nacido en Rusia en 1920 y muerto en Estados Unidos en 1992, su gran pasión por la escritura lo llevó a la inmortalidad.
Sin duda, desde que laboró vendiendo caramelos, tabaco y libros, su gusto por las letras se fue acrecentando. En el año de 1939 se doctoró en Química por parte de la Universidad de Columbia, aspecto que combinó con la escritura hasta 1958 cuando se enfocó específicamente en ser escritor de tiempo completo. Aunque el grueso de su obra se centra en la ciencia ficción, también incursionó en historia universal y divulgación científica, siendo traducido a 50 idiomas.
Se le venera como uno de los mayores exponentes de la ciencia ficción, honor que comparte con Robert A. Heinlein, Philip K. Dick y Arthur C Clarke.

Isaac Asmiov empezó a escribir en 1939, iniciando con cuentos de robots. De 1950 a 1958 escribió varias novelas incluyendo “Un guijarro en el Cielo” y “El sol desnudo”, ambos verdaderos clásicos del género.
Como todo escritor maestro del arte, conformó su propio universo, y la forma más notoria en como lo consiguió fue con la saga de “La Fundación” planteada como una trilogía al principio (Fundación, Fundación e Imperio y Segunda Fundación) pero posteriormente agregó más títulos (Los límites de la Fundación, Fundación y Tierra, Preludio a la Fundación y Hacia la Fundación). Un aspecto notable de esta serie es que en muchas ocasiones para resolver los conflictos de los personajes, el autor se vale más del uso de la razón, argumentos y palabras que de acciones físicas concretas como golpes o explosiones espectaculares.
La saga es una de las más ambiciosas en términos de trama y amplitud. Asimos sitúa la narración en el contexto de la decadencia de un colosal imperio galáctico en el futuro lejano.

Este imperio de miles de millones de seres humanos dispersos a través de varias galaxias tiene su capital en un planeta llamado Tractor, desde donde se administra al imperio. Este lugar es totalmente dependiente de los recursos enviados desde otros planetas, haciéndolo bastante vulnerable. Un psicólogo y matemático, de nombre Hari Seldon, prevé la decadencia de este imperio y crea la ciencia de la “psicohistoria”: un tipo de psicología de masas que incorpora ecuaciones y variables matemáticas, capaz de predecir el comportamiento de grandes volúmenes de personas, pero incapaz de hacerlo con individuos.
Con esta ciencia, se pretende reducir el impacto de la debacle de este imperio, facilitando la rápida creación de un segundo. Las personas que están a cargo de esta tarea son los llamados psicohistoriadores y viven en un lugar llamado la Fundación. En 1966 la trilogía ganó el premio Hugo por ser la mejor serie de ciencia ficción de todos los tiempos. El premio Hugo es el premio Nóbel de este tipo de literatura.

Dentro de la vasta bibliografía de Asimos destacan también novelas como “Los propios dioses”, “El fin de la eternidad”, “El sol desnudo” y “Las bóvedas de acero”.
Aspecto aparte toma mencionar sus recopilaciones sobre relatos de robots como “El hombre bicentenario y otras historias” y “Yo, Robot” cuyas tramas han servido de inspiración los guiones de películas homónimas que recogen de una manera decente--más no excepcional— el espíritu de los libros.
Como parte de su legado, Asimov acuñó los términos “psicohistoria” y el ahora tan común “robot”, además de crear las 3 leyes de la robótica, que pudieran sentar las bases sobre los límites éticos en cuanto a la futura programación de robots autómatas para servicio humano. 

Las 3 leyes son:
1.Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
2.Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la Primera Ley.
3.Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.

De hecho, en el año 2000 la empresa Honda creó un robot humanoide de nombre ASIMO (Advanced Step in Innovative Mobility, Paso Avanzado en Movilidad Innovativa). Este robot es capaz de caminar, subir y bajar escalones y correr, entre otros muchos movimientos humanos. La empresa ha negado rotundamente que el nombre del autómata sea una referencia al laureado escritor, aunque a toda luz se ve que sí.

La invitación está plenamente abierta para acercarse a los trabajos realizados por este excepcional autor quien ha creado obras para la posteridad, sobrepasando las barreras del tiempo y son un referente inobjetable en el ramo.
Como el mismo Isaac Asimov decía “la vida es placentera, la muerte es pacífica. Lo problemático es la transición entre ellas”.

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