Toastmasters Traducción: Ralph Smedley promocionó bastante al iniciar Toastmasters

Escrito por Mary O’Neill, para Investor’s Bussiness Daily
Traducido por Miguel Eugenio Mora Pérez, ACB, ALB, Club “Veracruz” #9435

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 Si la economía digital nos ha enseñado algo, es que las conexiones crecen. Un amigo envía un correo electrónico a otro, el escritor de un blog hace un tweet, en un solo día el video que vieron se ha vuelto viral y ha obtenido millones de visitas. El reto está en convertir esos impactos de click en negocios. 

¿Es una verdadera conexión, una que durará y pronunciará “oportunidad” u otra distracción ligera la reemplazará el siguiente día?

Un siglo después, antes de que Youtube, Twitter o Facebook, un hombre modesto del medio oeste, lanzó su propia conexión económica de una manera que ha traído resultados perdurables para los involucrados. Él era Ralph Smedley, el fundador de Toastmasters Internacional, quien tenía –aún tiene- una influencia más amplia que las redes sociales. Después de todo, los miembros de TI se han reunido en una cueva en la Antártica.  

Toastmasters, cuyos cuarteles generales se ubican en Rancho Santa Margarita, California, es una organización global no lucrativa que otorga educación para hablar en público y en habilidades de liderazgo.

Su éxito –con 14,350 clubes, un incremento de 33% en ingresos de $32 millones de dólares en 2012 y 20 años seguidos de crecimiento positivo- se lo debe a los principios fundamentales que Smedley (1878 – 1965) instituyó desde el  principio.

“Es una cultura de cortesía, respeto y profesionalismo” dijo Daniel Rex, CEO de Toastmasters Internacional.

La idea primero tomó forma en 1903, cuando Smedley, recién graduado de la Universidad, estaba empezando su trabajo como Director Educativo en la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA) en Bloomington, Illinois.

Animando a los jóvenes
Reconociendo que los jóvenes a su cargo necesitaban construir habilidades de confianza y de hablar en público, Smedley diseñó un club donde ellos pudieran tomar turnos presidiendo y presentando discursos cortos. Smedley les daba evaluaciones a esos discursos y, perceptivamente, persuadía a los compañeros de los muchachos a que hicieron lo mismo, siempre con un espíritu de ayuda y consideración. Acordaron nombrar al grupo “Toastmasters” porque el sistema era como un banquete con discursos después-de-cena.

Cuando fue promovido a Secretario General de la YMCA en Rock Island, Illinois, Smedley inició otro club ahí, y su membresía creció a 75 personas. A su pesar, el primer club en Bloomington se disolvió después de su partida, como lo hizo el grupo de Rock Island a pesar de su popularidad, al igual que otro club que él inició en 1906 en Freeport, Illinois. Con su asenso en los cargos de la YMCA y con cada transferencia a una nueva ciudad, los clubes Toastmasters eran abandonados y morían.

Quizá otras personas no estaban tan convencidas de la idea como él lo estaba. En “La historia de Toastmasters: Reminiscencias del Fundadazo”, Smedley escribió en su típica forma modesta “He observado la tendencia entre mis compañeros secretarios de la YMCA de ver a los clubes Toastmaster como una peculariedad, una excentricidad mía”

Sin desanimarse, Smedley introdujo su idea la costa oeste después de mudarse a San José, California en 1919. Aunque el patrón de fracaso continuó –lanzamiento, mudarse, disolución- también lo hizo Smedley. Él persistió con su visión hasta que finalmente, en Santa Ana, en 1924, casi 20 años después de su primer intento, un grupo echó raíces. Había nacido Toastmasters Internacional.

Ese capítulo, el club #1 de Smedley, sigue sesionando cada primer y tercer martes. En esa época su idea estaba germinando en California, y se expandió más allá de un experimento de construcción de confianza para los jóvenes de la YMCA.

Los profesionales de los negocios vieron que el enfoque de Smedley podía detonar su habilidad para comunicar –y para dirigir. “Ese es el secreto de Toastmasters”, dijo Paul Clark, un historiador de Orange County, California, que tiene el título de Toastmaster Distinguido. “Todo el mundo piensa, ´Oh, iré ahí y aprenderé como hablar´ pero de pronto no solo estás aprendiendo como hablar, estás aprendiendo como ser un líder”. Rex dice “al principio empezó como un agregado al programa, pero muy pronto Smedley se dio cuenta que la comunicación es una parte necesaria del liderazgo, puedes ser un buen orador sin ser un buen líder, pero no puedes ser un gran líder sin ser un gran comunicador”.

Se cita regularmente el hablar en público como el miedo #1 de todo el mundo. Tres de cada cuatro personas dicen que es más poderoso que el miedo a morir. Como dice Jerry Seinfeld “eso significa que en un funeral, la gente promedio prefiere estar en el ataúd que dando el discurso fúnebre”

En la filosofía de Smedley, el miedo se convierte en una oportunidad. Como los extraños representan una amenaza (de acuerdo a nuestra biología), él simplemente transformó a los extraños en miembros de una tribu. Ellos pueden otorgar apoyo, cooperación, atención y ayudar en una atmósfera relajada, y todo involucrado puede beneficiarse de la experiencia.

“Aprendemos mejor en los momentos de gozo” como lo dijo Smedley, el enfoque que encontró fue conversacional –nada pomposo o pretencioso.

Tono Presidencial.
Él citó a “las charlas junto a la chimenea” de Franklin Roosevelt y al encanto folk de Will Rogers como creación de discursos de nivel superior, toda vez que ellos hablaron ante millones como si hubiesen estado hablandole a un amigo. Toastmasters es un laboratorio donde los miembros experimentan con inflexiones de voz, movimiento corporal y palabras para ver que es lo que funciona.
“La cultura de de colaboración es permeable” dijo Rex. “Apoya lo suficiente para que alguien regrese y dé otro discurso, pero construye lo suficiente como para proveer el valor de ayudar a mejorar a través del tiempo. He asistido a sesiones en Dubai, Malasia y Australia, y todas funcionan casi exactamente igual que Toastmasters lo hizo en los años 30’s y 40’s”

En la víspera del 90 aniversario de Toastmasters, la conexión económica que Smedley creó aún funciona porque el producto es el continuo desarrollo de habilidades.

“La educación es nuestro negocio. Ha sido así desde el inicio” él dijo. Usando un enfoque aprendiendo-haciendo, Toastmasters le enseña a sus miembros como usarlas –a través de robustas habilidades de presentación y formación de habilidades de escucha.





Enlace al presente
Esa habilidad de accionar, sigue siendo el beneficio primario en las relaciones de negocios, especialmente en el munñdo digital. La tecnología ha expandido tanto el mercado que los consumidores pueden seleccionar adonde pondrán su atención.

¿A quien escuchan? ¿Qué voz penetra el ruido?. La respuesta: aquellos que tienen una narrativa fuerte y aquellos en quienes podemos confiar. Eso es lo que Smedley apuntò a desarrollar. En los años 20’s él agrupó a los varios grupos en California del sur dentro de una Federación. A lo largo del camino él publicó manuales que aún siguen siendo los lineamientos de la organización. Con consistencia en los métodos establecidos, la organización se incorporó en 1930, calificándose como Internacional debido a un club en la Columbia Británica.
Ahora es verdaderamente global
¿Vas a Katmandú? Encontrarás a Toastmasters ahí – y en 122 países tan diversos como Taiwán, Argentina, India, Singapur y Escocia.

Son los propios miembros quienes mantienen todo en movimiento, con apoyo de los 125 empleados de TI. Gigantes industriales como Google, Disney, American Express, Coca-Cola y Microsoft, tienen clubes corporativos donde la filosofía de Smedley forma a sus líderes.

Cuando Smedley abandonó la YMCA en 1941 para dedicar de tiempo completo su energía a Toastmasters, se dedicó a abrir nuevos capítulos alrededor del mundo y compartió sin cansancio sus reflexiones en miles de cartas escritas a mano. En 1950, su alma mater, Illinois Wesleyan University, le otorgó un Doctorado en Letras Humanas en reconocimiento a su impacto en miles de comunidades.

Un líder observa lo que es posible, toma riesgos para llegar ahí y lleva a otros consigo. Ralph Smedley vivió esas cualidades –y construyó una fábrica de liderazgo. Políticos, generales, actores, directivos, miembros del parlamento, estrellas de rock, escritores, atletas, entrenadores, astronautas y estudiantes universitarios, todos ellos han ganado de las conexiones que él creó. Conexiones que continúan multiplicándose, con 4 millones de participantes y contando, Toastmasters es una prueba de que este modesto hombre de negocios supo como hacer que sus acciones y palabras hablaran claro y fuerte.
 

Las llaves de Smedley:
  • Creó la primera organización global para desarrollar líderes y   comunicadores de punta, desde políticos y atletas olímpicos hasta Directores Generales y Ejecutivos de Empresas. 
  • Superó: Veinte años de intento fallidos.
  • Lección: La mejor manera de progresar es ayudar otros a avanzar. Persistir en tu visión.
  • “El trabajo más profundo sobre la Pertenencia, llega cuando uno aprende a cooperar, contribuir y ayudar.”

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