Reflexión: Consejos a un joven novelista (Mario Vargas Llosa)
Para ver la versión en video que grabé, visitar: https://www.youtube.com/watch?v=xPwEyuogdTY&feature=youtu.be
Un orador que no escribe sus propios discursos es
como un cocinero que no prepara sus propios alimentos. Por ello existe la
importancia medular de redactar correctamente antes de ser orador. El escritor
peruano Mario Vargas Llosa nos orienta para poder realizar de una mejor manera
la creativa actividad que implica la escritura.
Consejos a un joven
novelista
1. Sólo quien entra en
literatura como se entra en religión, dispuesto a dedicar a esa vocación su
tiempo, su energía, su esfuerzo, está en condiciones de llegar a ser
verdaderamente un escritor y escribir una obra que lo trascienda.
2. No hay novelistas precoces.
Todos los grandes, los admirables novelistas, fueron, al principio,
escribidores aprendices cuyo talento se fue gestando a base de constancia y
convicción.
3. La literatura es lo mejor
que se ha inventado para defenderse contra el infortunio.
4. En toda ficción, aun en la
de la imaginación más libérrima, es posible rastrear un punto de partida, una
semilla íntima, visceralmente ligado a una suma de vivencias de quien la
fraguó. Me atrevo a sostener que no hay excepciones a esta regla y que, por lo
tanto, la invención químicamente pura no existe en el dominio literario.
5. La ficción es, por
definición, una impostura -una realidad que no es y sin embargo finge serlo- y
toda novela es una mentira que se hace pasar por verdad, una creación cuyo
poder de persuasión depende exclusivamente del empleo eficaz de unas técnicas
de ilusionismo y prestidigitación semejantes a las de los magos de los circos o
teatros.
6. En esto consiste la
autenticidad o sinceridad del novelista: en aceptar sus propios demonios y en
servirlos a la medida de sus fuerzas.
7. El novelista que no escribe
sobre aquello que en su fuero recóndito lo estimula y exige, y fríamente escoge
asuntos o temas de una manera racional, porque piensa que de este modo
alcanzará mejor el éxito, es inauténtico y lo más probable es que, por ello,
sea también un mal novelista (aunque alcance el éxito: las listas de bestsellers
están llenas de muy malos novelistas).
8. La mala novela que carece de
poder de persuasión, o lo tiene muy débil, no nos convence de la verdad de la
mentira que nos cuenta.
9. La historia que cuenta una
novela puede ser incoherente, pero el lenguaje que la plasma debe ser coherente
para que aquella incoherencia finja exitosamente ser genuina y vivir.
10. La sinceridad o insinceridad no es, en literatura, un asunto ético sino
estético.
11. La literatura es puro artificio, pero la gran literatura consigue
disimularlo y la mediocre lo delata.
12. Para contar por escrito una historia, todo novelista inventa a un
narrador, su representante o plenipotenciario en la ficción, él mismo una
ficción, pues, como los otros personajes a los que va a contar, está hecho de
palabras y sólo vive por y para esa novela.
13. El de las novelas es un tiempo construido a partir del tiempo
psicológico, no del cronológico, un tiempo subjetivo al que la artesanía del
novelista da apariencia de objetividad, consiguiendo de este modo que su novela
tome distancia y diferencie del mundo real.
14. Lo importante es saber que en toda novela hay un punto de vista espacial,
otro temporal y otro de nivel de realidad, y que, aunque muchas veces no sea
muy notorio, los tres son esencialmente autónomos, diferentes uno de otro, y
que de la manera como ellos se armonizan y combinan resulta aquella coherencia
interna que es el poder de persuasión de una novela.
15. Si un novelista, a la hora de contar una historia, no se impone ciertos
límites (es decir, si no se resigna a esconder ciertos datos), la historia que
cuenta no tendría principio ni fin.
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