Toastmasters video: la lectura en mi vida
Recuerdo que fue Sir Francis
Bacon quien dijo: “la lectura hace al hombre completo, el escribir, preciso y
la oratoria, ágil.”
Y es que nací como hijo único en la colonia
centro del Puerto de Veracruz, y dado que en mi cuadra no había muchos niños
con quien jugar, tan pronto como pude adopté a la lectura como compañera de aventuras.
El primer encuentro que tuvimos fue en el “SILABARIO DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL”, cuando
la lectura dejó de ser únicamente signos
raros sobre papel.
Así que rápidamente rompí mi alcancía de
cochinito y empecé a comprar asiduamente las historietas de “TOM Y JERRY”, “LOS
PEQUEÑOS MUPPETS” y “ARCHIE”. Estaba muy feliz porque por fin entendía lo que los
personajes querían decirme en papel, mientras estaba sentado en el acojinado
sofá rojo de la sala, balanceando mis piernas que no llegaban al suelo.
Mención aparte merece KARMA-TRON Y LOS
TRANSFORMABLES, de Óscar González Loyo. Era una historieta que mezclaba, con
toques de humor, una historia muy seria referente a un príncipe espacial quien
debía derrotar a las fuerzas del mal ayudado de un grupo de robots estilo
transformers. Este cómic tenía temáticas esotéricas, lo cual llamó la atención
de mi mamá, quien se quedó asombrada por la profundidad de las enseñanzas que
se presentaban en un formato aparentemente para niños. A partir de ese momento,
los temas iniciáticos y espirituales serían recurrentes en mi vida.
También durante esa etapa compré varios cuentos cortos con los personajes de
Walt Disney y además, un libro ilustrado con fábulas de ESOPO. Al día de hoy
aún conservo ejemplares de toda esta etapa y los atesoro con mucho cariño.
Después de un tiempo, pero aún siendo un
niño, la lectura me presentó a una de sus hermanas, la escritura. Y es que estaba
seguro de que tenía algo que expresar, y ella me iba ayudar a hacerlo. Supongo
que tuve muy buena suerte, ya que nunca me dieron clases maestros que buscaran
limitarme de ninguna forma.
A partir de ese momento empecé una relación
fraternal tanto con la lectura como con la escritura. Recuerdo que tuvimos un
enorme reto conjunto durante la educación primaria: leer en inglés los libros
de aventuras de “TOM SAWYER” Y “HUCKLEBERRY FINN”, del grandioso MARK TWAIN. Posteriormente
tuve que redactar un reporte de lectura. Al día de hoy prácticamente olvidé el
contenido de los libros pero fue una gran experiencia.
Nunca me gustó leer por imposición de los
profesores, pero debo admitir que fue muy útil para mis primeros romances juveniles,
el conocer la fértil obra de PABLO NERUDA y MARIO BENEDETTI. Aunque ahora me
pueden parecer bastante cursis, de cualquier forma algunos de sus libros han
encontrado espacio en mi biblioteca actual.
Por aquella época de adolescente también
desarrollé una predilección muy amplia
por las historietas de superhéroes como EL HOMBRE ARAÑA y LOS HOMBRES X. Las compré
regularmente por más de 14 años, hasta que el precio del dólar puso distancia
entre el estante de la tienda y mi librero.
Además, para ese momento de mi vida, la escritura
había anidado en mí de manera permanente. Recuerdo que un amigo y yo
escribíamos una novela de espías que nunca terminamos. Pero fue gracias a esa
actividad que empecé a leer las obras de SHAKESPEARE. En especial siempre
recordaré Macbeth por su gran dinamismo, escenas memorables y giros en la
trama.
A partir de ese instante, conjuntamente a las
historietas tuve lecturas muy diversas. Gracias a esto conocí el extremo final
del Universo de la Segunda Fundación
de ISAAC ASIMOV, acompañado de los jóvenes que DOUGLAS COUPLAND me presentó en
Generación X, mientras encontraba compañía en las palabras de JEAN PAUL SARTRE
referente al hecho de haber sido arrojado al mundo, sin perder de vista las
horrendas alucinaciones del infierno simbólico de ARTHUR RIMBAUD.
Fue en la Universidad donde me
dí cuenta que a mis compañeros la lectura les daba mucho sueño. Una de las
tantas razones residía en el hecho de que cuando eran niños, sus padres les
leían cuentos para que pudieran dormirse, de tal suerte que ya de adultos el
leer los arrullaba.
De cualquier forma, en mis estudios de
licenciatura, la lectura me llevó a conocer a grandes teóricos de las Ciencias
de la Comunicación
como UMBERTO ECO, GIOVANNI SARTORI, JÜRGEN HABERMAS y
MARSHALL MC LUHAN, quienes realmente me motivaron a desarrollar una postura
crítica entorno a los fenómenos comunicativos. Coincidentemente, una de las
primeras materias que como docente me tocó impartir en una universidad privada
resultó ser Proyectos de investigación en el campo de la sociología de la
comunicación. Donde a través de mis alumnos pude profundizar en los
planteamientos de JEAN-FRANÇOIS LYOTARD y MICHEL
FOUCAULT.
Vale la pena mencionar que hace como 8 años
regresé a la afición de coleccionar comics, tanto de fantasía como THE SANDMAN,
de Neil Gaiman, como de ciencia ficción, por ejemplo Y THE LAST MAN de Brian Vaughan. Pero esencialmente profundicé en la mitología
del personaje de SUPERMAN, dándome cuenta de que es mucho más que un personaje
demasiado poderoso y que tanto su existencia como conducta dan pie a preguntas
filosóficas bastante interesantes.
Al día de hoy, tengo bien definidas mis
prioridades literarias y a mis autores favoritos, por ejemplo, JORGE LUIS BORGES me ha llevado a buscar libros cuyas
arquitecturas serían imposibles de manifestarse en nuestro mundo, fortalecidos
con laberintos infinitos rodeados de tigres ultraístas. Por otro lado, JOSÉ
SARAMAGO me ha hecho reflexionar sobre los límites y responsabilidades de las
sociedades democráticas donde hombres encuentran sus duplicados, mientras la
muerte intermitente--con todos sus nombres--hace que la ciudad forme parte una enorme
balsa hecha de piedra.
También valoro mucho las plumas de ERNESTO
SÁBATO y de JULIO CORTÁZAR. El primero, sobrio pesimista, complementa los
variados juegos de estructura y estilo festivo que presenta el segundo.
Finalmente para cerrar esta lista de autores predilectos se encuentra JUAN JOSÉ
ARREOLA, a quien descubrí hace relativamente poco tiempo, alrededor de 3 años.
Encontrarle fue una grata sorpresa, como quien hace un amigo inesperado. Sus
premisas y estilo de escritura me parecieron una especie de BORGES compacto
pero igualmente rico en creatividad expansiva.
Estimados compañeros lectores, me permito
compartirles una sugerencia como alguien que tiene una biblioteca de más de 100
títulos: Lleven en sus teléfonos celulares un listado de los libros que
conforman su colección. Así no cometerán el error de volver a comprar una obra
que ya tienen…como me ha ocurrido más de un par de veces.
Otro CONSEJO: procuren leer durante cada
pequeña oportunidad que tengan. No importa si es en el transporte público, en
la fila del banco o esperando en el consultorio médico. Una estrategia que he
encontrado para hacer esto es creando 2 grandes categorías: para leer en casa y
para leer en el camino. Los primeros son en su mayoría novelas y cuentos, y es
que al ser del estilo narrativo requieren más atención para poder recrear
situaciones y escenarios en mi mente.
Mientras que aquellos que son para leer en el
camino están compuestos de temáticas tan dispares como política, biografías,
divulgación científica, negocios y educación. Cosas más cercanas a la realidad
tal como la conocemos.
Debido a la variedad de temas y géneros que
me presentó la lectura es que mi escritura es diversa: puedo usar lenguaje
académico, simbólico, coloquial o mezclarlo según las necesidades que se
presenten. Y es que gracias a esta dinámica se
me ha facilitado el tercer aspecto que SIR FRANCIS BACON mencionó, el de la oratoria, la
hermana de la lectura y la escritura. No digo que ha sido sencillo, pero sí
menos complicado.
Siempre leeré lo que me gusta, lo que me
llame la atención, procurando dedicarle al menos media hora al día. En realidad
casi nunca hago caso a sugerencias. No me interesa saber si es un Nóbel de
literatura, un clásico universal, un escritor menor o una gran pluma consagrada.
Estoy seguro de que una sola vida no alcanza
para leer todo lo que se quisiera, pero les invito a que hagan como yo, su mejor
esfuerzo.
Comentarios
Publicar un comentario