Artículo: El Cartel: ¿es un arte comercial?
Publicado originalmente en Periódico Imagen de Veracruz 20 de Abril de 2010
con el título:
Indiscutiblemente no se puede decir “cartel” sin mencionar “arte”, por ello es que la primera palabra incluye a la segunda. El cartel tiene una riqueza plástica que sirve como documento inherente a la situación económica, política, cultural y social de una sociedad determinada. Esta forma de arte nace como un medio de difusión de productos o de ideas, por lo que tiene un carácter meramente utilitario, el valor artístico se le da después de haber cumplido su objetivo general o primario—el hecho de provocar una reacción de consumo en quien lo vea.
Uno los pioneros en cuanto a producción de carteles fue Jules Chéret, quien en 1866 producía carteles litográficos, siendo la litografía un procedimiento ya usado e inventado por Alois Senefelder en 1798, pero de cualquier manera, Chéret, parisino, dibujaba directamente sus diseños en piedra litográfica, retomando los orígenes de esta técnica.
anuncios públicos
Los anuncios públicos, aquellos que eran colgados en las calles tienen un origen muy remoto, y muchas veces no eran más grandes que la página de un libro. Pero contrastando con esto aparece Chéret con carteles del tamaño de lo que hoy conocemos como “mural”, es decir, presenta composiciones alargadas, verticales y rectangulares, dando así versatilidad. De esta manera el autor no intentaba llevar a la gente a las salas de arte, sino que intentó darles algo que pudieran aceptar en un medio común, el urbano —las calles.
Algo que vale la pena resaltar de la obra de Chéret es que tiene un carácter fluido, sin complicaciones y transparente. Además, da la impresión que los carteles poseían varias capas de color, lo que daba la sensación de frescura y espontaneidad, que sin duda atraía a los espectadores, era algo parecido a “una inocencia creada meticulosamente”. El uso del negro y de figuras lisas mientras jugaba con la ilusión de tener un relieve, creaba una ilusión óptica uniendo aspectos de profundidad de campo y visión avanzada de la segunda dimensión.
propias leyes
La fama de este crecía cuando artistas jóvenes se dieron cuenta que el cartel iba a tener sus propias leyes, si bien influenciadas con la pintura, pero se iba a crear un lenguaje abstracto y propio como lo vendría a rectificar Henri de Toulouse-Lautrec, que rinde homenaje a Chéret y se consagra en elementos cómicos, caricaturescos, irónicos y satíricos. Pero su obra no necesariamente resultó ser popular en su época, sólo al pasar de los años y cuando otros artistas retomaron la influencia que plasmó a lo largo de sus 31 carteles. De hecho, este autor deja como legado el cartel como forma de expresión artística, siendo tanto su impacto que hasta Picasso, al pintar “La habitación azul”, muestra su devoción al francés pintando su cartel como un elemento del cuarto.
El Art Noveau se da al cambio de siglo afectando todas las artes, las mayores y las menores dando así un valor ornamental y decorativo a todas las expresiones artísticas de la época. En otras palabras, es una corriente que se rige por lo orgánico, lo natural que muchas veces resulta ser asimétrico, un poco más “imperfecto”, como lo veían ilustradores de la talla de Mackintosh o Moser.
inspirados en grabados
Las formas inspiradas en los grabados japoneses son una de las características del Art Noveau, ya que se occidentalizan conceptos de oriente, especialmente en Francia. Esto ayuda a darle otro sentido de composición a los carteles, como plasmar en ellos escenas de la vida cotidiana.
El cartel como fenómeno de colección se presentó en los años de 1890, cuando se editaban ediciones especiales para los compradores, ya que a veces se robaban los carteles de las calles. Por esta razón se publica la revista “The Poster” en 1898, en la cual diversos articulistas se daban a la tarea de criticar los carteles, aquellas formas de arte que estaban de moda en esos tiempos. Para 1900, “The Poster” se fusiona con “The art collector”, haciendo legítimo de una vez por todas que este medio de comunicación se ganó su lugar entre los artistas plásticos más importantes de todos los tiempos, razón por la cual se había luchado tanto.
vacíos de contenido
En 1894 el cartel artístico era desconocido en los Estados Unidos, ya que ellos producían unos que eran realmente deprimentes, vacíos de contenido y secos en su forma, contrastando de gran manera con la gran evolución que tenían los franceses.
Pero en Inglaterra los autonombrados Hermanos Beggarstaff, con su “Girl on a Sofa”, se darían a la tarea de revolucionar la concepción de los carteles en su nación, ya que usaban grandes superficies lisas de color y composiciones de radical sencillez, dejando de lado el saturado engranaje que tenían los artistas en su país, donde cargaban de letras a los carteles.
El simbolismo afecta a los carteles de manera muy fuerte, ya que reintroduce la iconografía como un medio de reflexión para el espectador que descifra lo que ve en la obra. Se usaban para ese entonces unas configuraciones lineales con contornos sin forma bien definida para plasmar al bien y al mal, dando así cabida a manifestaciones como el neogótico. Rostros agrandados, casi de la época expresionista, bordes y marcos compuestos de ojos, signos antiguos y símbolos varios se mezclaban con muchos otros demostrando muchas veces el desprecio a la composición pictórica establecida. Siendo su mayor aportación al campo de todas las artes en general el hecho de desarrollar diversos aspectos de una sola idea dentro de una misma obra de arte.
carteles hippies
Los carteles hippies son brillantes, extravagantes, coloridos, “groovy”, como decían en la época. Se jugaban con los símbolos de una manera ya común, pero no por ello predecible, era una práctica de todos los días ya que el arte pop estaba en toda su expresión y los carteles no podían escapar a las influencias que se les presentaba en el medio, el fin sigue siendo captar la atención del espectador, pero aun así, hacerlo reflexionar, aunque no mucho, ya que si se hace que el espectador piense demasiado, se olvidará del sentido del cartel por completo. Redefinir el concepto de las cosas es parte de esta corriente, por lo que no deben extrañarnos las aparentes contradicciones que se puedan dar bajo este estilo, se juega demasiado con ciencia ficción, los comics y los medios de comunicación.
En la actualidad los medios de producción artística de vanguardia como el uso de computadoras y diversos programas de diseño gráfico han puesto al cartel a replantearse tanto sus objetivos como sus alcances para atraer audiencia, aunque una constante es la que perdura--se debe capturar a través de una imagen poderosa, por que el ojo humano es algo caprichoso: si no se le impresiona rápido no se captura nunca.
con el título:
"Cartel: ¿arte comercial?"
L.C.C. Miguel Eugenio Mora Pérez
Indiscutiblemente no se puede decir “cartel” sin mencionar “arte”, por ello es que la primera palabra incluye a la segunda. El cartel tiene una riqueza plástica que sirve como documento inherente a la situación económica, política, cultural y social de una sociedad determinada. Esta forma de arte nace como un medio de difusión de productos o de ideas, por lo que tiene un carácter meramente utilitario, el valor artístico se le da después de haber cumplido su objetivo general o primario—el hecho de provocar una reacción de consumo en quien lo vea.
Uno los pioneros en cuanto a producción de carteles fue Jules Chéret, quien en 1866 producía carteles litográficos, siendo la litografía un procedimiento ya usado e inventado por Alois Senefelder en 1798, pero de cualquier manera, Chéret, parisino, dibujaba directamente sus diseños en piedra litográfica, retomando los orígenes de esta técnica.
anuncios públicos
Los anuncios públicos, aquellos que eran colgados en las calles tienen un origen muy remoto, y muchas veces no eran más grandes que la página de un libro. Pero contrastando con esto aparece Chéret con carteles del tamaño de lo que hoy conocemos como “mural”, es decir, presenta composiciones alargadas, verticales y rectangulares, dando así versatilidad. De esta manera el autor no intentaba llevar a la gente a las salas de arte, sino que intentó darles algo que pudieran aceptar en un medio común, el urbano —las calles.
Algo que vale la pena resaltar de la obra de Chéret es que tiene un carácter fluido, sin complicaciones y transparente. Además, da la impresión que los carteles poseían varias capas de color, lo que daba la sensación de frescura y espontaneidad, que sin duda atraía a los espectadores, era algo parecido a “una inocencia creada meticulosamente”. El uso del negro y de figuras lisas mientras jugaba con la ilusión de tener un relieve, creaba una ilusión óptica uniendo aspectos de profundidad de campo y visión avanzada de la segunda dimensión.
propias leyes
La fama de este crecía cuando artistas jóvenes se dieron cuenta que el cartel iba a tener sus propias leyes, si bien influenciadas con la pintura, pero se iba a crear un lenguaje abstracto y propio como lo vendría a rectificar Henri de Toulouse-Lautrec, que rinde homenaje a Chéret y se consagra en elementos cómicos, caricaturescos, irónicos y satíricos. Pero su obra no necesariamente resultó ser popular en su época, sólo al pasar de los años y cuando otros artistas retomaron la influencia que plasmó a lo largo de sus 31 carteles. De hecho, este autor deja como legado el cartel como forma de expresión artística, siendo tanto su impacto que hasta Picasso, al pintar “La habitación azul”, muestra su devoción al francés pintando su cartel como un elemento del cuarto.
El Art Noveau se da al cambio de siglo afectando todas las artes, las mayores y las menores dando así un valor ornamental y decorativo a todas las expresiones artísticas de la época. En otras palabras, es una corriente que se rige por lo orgánico, lo natural que muchas veces resulta ser asimétrico, un poco más “imperfecto”, como lo veían ilustradores de la talla de Mackintosh o Moser.
inspirados en grabados
Las formas inspiradas en los grabados japoneses son una de las características del Art Noveau, ya que se occidentalizan conceptos de oriente, especialmente en Francia. Esto ayuda a darle otro sentido de composición a los carteles, como plasmar en ellos escenas de la vida cotidiana.
El cartel como fenómeno de colección se presentó en los años de 1890, cuando se editaban ediciones especiales para los compradores, ya que a veces se robaban los carteles de las calles. Por esta razón se publica la revista “The Poster” en 1898, en la cual diversos articulistas se daban a la tarea de criticar los carteles, aquellas formas de arte que estaban de moda en esos tiempos. Para 1900, “The Poster” se fusiona con “The art collector”, haciendo legítimo de una vez por todas que este medio de comunicación se ganó su lugar entre los artistas plásticos más importantes de todos los tiempos, razón por la cual se había luchado tanto.
vacíos de contenido
En 1894 el cartel artístico era desconocido en los Estados Unidos, ya que ellos producían unos que eran realmente deprimentes, vacíos de contenido y secos en su forma, contrastando de gran manera con la gran evolución que tenían los franceses.
Pero en Inglaterra los autonombrados Hermanos Beggarstaff, con su “Girl on a Sofa”, se darían a la tarea de revolucionar la concepción de los carteles en su nación, ya que usaban grandes superficies lisas de color y composiciones de radical sencillez, dejando de lado el saturado engranaje que tenían los artistas en su país, donde cargaban de letras a los carteles.
El simbolismo afecta a los carteles de manera muy fuerte, ya que reintroduce la iconografía como un medio de reflexión para el espectador que descifra lo que ve en la obra. Se usaban para ese entonces unas configuraciones lineales con contornos sin forma bien definida para plasmar al bien y al mal, dando así cabida a manifestaciones como el neogótico. Rostros agrandados, casi de la época expresionista, bordes y marcos compuestos de ojos, signos antiguos y símbolos varios se mezclaban con muchos otros demostrando muchas veces el desprecio a la composición pictórica establecida. Siendo su mayor aportación al campo de todas las artes en general el hecho de desarrollar diversos aspectos de una sola idea dentro de una misma obra de arte.
carteles hippies
Los carteles hippies son brillantes, extravagantes, coloridos, “groovy”, como decían en la época. Se jugaban con los símbolos de una manera ya común, pero no por ello predecible, era una práctica de todos los días ya que el arte pop estaba en toda su expresión y los carteles no podían escapar a las influencias que se les presentaba en el medio, el fin sigue siendo captar la atención del espectador, pero aun así, hacerlo reflexionar, aunque no mucho, ya que si se hace que el espectador piense demasiado, se olvidará del sentido del cartel por completo. Redefinir el concepto de las cosas es parte de esta corriente, por lo que no deben extrañarnos las aparentes contradicciones que se puedan dar bajo este estilo, se juega demasiado con ciencia ficción, los comics y los medios de comunicación.
En la actualidad los medios de producción artística de vanguardia como el uso de computadoras y diversos programas de diseño gráfico han puesto al cartel a replantearse tanto sus objetivos como sus alcances para atraer audiencia, aunque una constante es la que perdura--se debe capturar a través de una imagen poderosa, por que el ojo humano es algo caprichoso: si no se le impresiona rápido no se captura nunca.
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